El pasado 4 de diciembre falleció el vecino de Errenteria Angel Robles. Ante la muerte de esta persona todos los grupos municipales del Ayuntamiento de Errenteria han considerado necesario dar un paso más en solidaridad con las víctimas del amianto. Por ello BILDU, PSE, PNV, PP y Errenteriako Ezkerra han suscrito una moción que se debatirá el próximo martes día 31.
En primer lugar, en la moción se ratifican en los acuerdos tomados en Pleno por la anterior Corporación Municipal en relación a la realización de un inventario del amianto en Errenteria. Este inventario ya se ha puesto en marcha, pero se busca darle un nuevo impulso y desarrollo.
En segundo lugar la moción tiene en cuenta las circunstancias de la muerte de Angel Robles que fue trabajador de Luzuriaga Fagor y que murió tras haber denunciado en algunos medios de comunicación que se le negara el origen profesional de su enfermedad. A principios de este mes de enero la Seguridad Social de Gipuzkoa ha reconocido como enfermedad profesional el cáncer de pulmón por exposición al amianto que padeció. Por ello la moción solicita al Gobierno Vasco una serie de medidas:
.- Por un lado instar a Osalan para la aplicación del protocolo de vigilancia sanitaria específica postocupacional de trabajadores jubilados que han estado expuestos a amianto y la aplicación de un protocolo específico para la detección de enfermedades asociadas a la exposición a amianto.
.- Estudiar la creación de un protocolo de actuación ante la detección de nuevos casos de enfermedades asociadas a la exposición laboral a amianto
.- Establecer mecanismos de colaboración con la Mutuas que pasen por la repercusión a las Mutuas del coste de los procedimientos diagnósticos y tratamiento de la enfermedad profesional (periodos de incapacidad temporal) de los trabajadores en activo.
.- La creación de un Fondo de Compensación para las víctimas del amianto que garantice las indemnizaciones para las personas afectadas
La moción se inscribe en la consideración de que lo ocurrido con el vecino de Errenteria no es algo nuevo ni desgraciadamente excepcional. Los datos nos dicen que cerca de 25.000 personas han trabajado con amianto en los últimos treinta años. Algunas fuentes afirman que una de cada tres de esas personas morirán de forma prematura. Asimismo, buena parte de los más de 200 fallecimientos anuales por cáncer pleural que se registran en España están asociados a la exposición histórica al amianto y, según las proyecciones epidemiológicas más recientes, entre 2007 y 2016 fallecerán 1.321 personas por mesotelioma.
Si tenemos que cuenta los largos periodos de latencia de las enfermedades producidas por el amianto es fácil entender que muchas veces, las empresas donde se produjeron las exposiciones ya han desaparecido, con lo que las actuaciones jurídicas dirigidas a la compensación del daño no tienen posibilidades de abrirse camino. En base a estos argumentos hay países como Francia o Bélgica que ya han establecido fondos de compensación/indemnización como método para indemnizar a las victimas.