La respuesta a la crisis de la Covid19 puede articularse desde
diferentes ámbitos, siendo el más pegado a la realidad de la gente, sin
duda, el que opera a escala municipal. El Ayuntamiento de Errenteria
(Gipuzkoa) vive su tercera legislatura con un gobierno de coalición de
izquierdas, desde que en 2011 EH Bildu alcanzara la makila del
consistorio. Errenteria tiene hoy 40.141 habitantes y un pleno
municipal conformado por 9 concejalías de EH Bildu, 6 del PSE-EE, 3 del
PNV y 3 de Elkarrekin Podemos.
El periodista y concejal de
Medioambiente José Manuel Ferradás (Bilbao, 1963) es uno de los
artífices de la coalición que gobierna en Errenteria. Desde su
militancia en Podemos Euskadi, explica cómo el gobierno municipal puede
cambiar a mejor la vida de la gente con acciones concretas, ahora más
urgentes tras el confinamiento y dados los riesgos crecientes de
degradación social.
Vaya tiempos para gobernar desde la izquierda un ayuntamiento, ¿no?
No
resultan fáciles para nadie. Pero creo que existe una apreciación
compartida a futuro. A la crisis sanitaria generada por el virus del
Covid19 le seguirá una crisis de tipo económico y social de la que a día
de hoy es muy difícil, por no decir imposible, delimitar su alcance. A
la hora de afrontarla es importante situar desde donde lo haremos.
Aunque no sea la más importante, el ayuntamiento es la institución
pública más cercana a la gente y ahora se tiene que ver en los
municipios que la izquierda tiene otra forma de gobernar.
“Ahora se tiene que ver en los municipios que la izquierda tiene otra forma de gobernar”
¿Cómo va a cambiar vuestra realidad?
No
llegan señales especialmente alentadoras desde algunas instituciones o
sectores como, por ejemplo, los empresariales, que a primera vista
parece que van a actuar con parámetros no muy diferentes a los que
utilizaron en la crisis del 2008. No es arriesgado decir que o bien no
les ha dado tiempo a digerir la naturaleza de esta crisis o bien sus
construcciones ideológicas determinan su eje de actuación. Posiblemente
sea lo segundo.
¿Cómo ves a los gobiernos foral y autonómico, de los que dependéis para casi todo?
Como
te decía, creo que en su ideología se desdeña lo colectivo, lo
comunitario y se apuesta por lo piramidal, más allá de que en el
discurso lo pretendan ocultar. En esa pirámide las instituciones
municipales juegan un papel subordinado y de apoyo a una construcción
social donde la apuesta por el individualismo es una seña de identidad.
Lo individual se contrapone a lo comunitario.
¿Y pueden los ayuntamientos marcar la diferencia?
Algo
sí, en esas estamos. Ante la actual situación de impasse legislativo,
judicial y casi también ejecutivo, con un Gobierno vasco en funciones,
hacemos un llamamiento a que las instituciones más cercanas a la
ciudadanía rompan una lanza a favor de otra forma de hacer las cosas.
Los ayuntamientos deben ser protagonistas junto a sus vecinas y vecinos
en dar una respuesta compartida y solidaria a las crisis que está
desatando la pandemia.
La otra opción que les queda a los
ayuntamientos es verse subsumidos en la incapacidad de dar una respuesta
a las necesidades de la gente y convertidos en meros agentes
secundarios de políticas dictadas desde otras instituciones. Pero esa
respuesta, desde lo colectivo, desde lo comunitario, no se improvisa. Se
construye en el tiempo. En este sentido, cabe hablar del Ayuntamiento
de Errenteria como una referencia.
¿Qué destacarías del trabajo hecho hasta ahora?
Errenteria,
como otros pueblos vascos, vivió a finales del franquismo una división
entre su vecindario. Las distintas procedencias originarias se
trasladaban a los barrios y terminaban en diferentes expresiones
políticas y sociales. Esa división se agrandó y prácticamente llegó
hasta nuestros días. En el año 2011 se dio un cambio político significativo en la gestión del ayuntamiento
y la nueva corporación se marcó el reto de superar, en lo posible, esa
división. Tender puentes entre diferentes. Desde el respeto a la
diferencia, construir comunidad. A día de hoy, se puede afirmar que se
han dado pasos muy significativos en esta dirección.
¿Y qué tal se han sentido en el pueblo esos cambios?
Ese
construir comunidad tiene que tener consecuencias prácticas en la vida
de la gente y no reducirse a un mero discurso. El objetivo más evidente
cuando llegamos al ayuntamiento era intentar que nadie se quedase atrás a
nivel social y más cuando en 2011 los efectos de la crisis económica se
manifestaban en toda su crudeza. Así, durante dos años Errenteria ha
sido el municipio de Euskal Herria y de España que más dinero por
habitante ha destinado a servicios sociales, desde unos parámetros de
transparencia y eficacia. Y eso revierte en beneficio de todo el mundo
porque se resuelven problemas concretos de la gente.
“Es posible apostar por políticas que pongan a la gente y sus necesidades en el centro”
¿Cuáles han sido vuestras principales carencias?
Más
allá de aspectos puntuales, sí que señalaría que en muchas ocasiones te
encuentras que los ritmos de lo que quieres hacer chocan con los
tiempos que la maquinaria municipal establece. Lo que crees posible en
un tiempo determinado se alarga y se puede llegar a desdibujar. Por otro
lado, en más de una ocasión ves que una cosa es lo que puedes desear y
otra los límites que establecen los marcos legales. Hay que tener
presente siempre lo que es posible para no generar expectativas que
luego difícilmente se pueden cumplir.
¿Cómo va la coalición municipal entre EH Bildu y Elkarrekin Podemos?
La
relación es buena y tiene bases sólidas. Se parte de una construcción
compartida de la actuación municipal y EH Bildu, mayoritario, no ha
buscado subsumir o limitar nuestro trabajo en ninguna ocasión. No
buscamos ni queremos ser dos gobiernos municipales en uno, ni limitarnos
solo a gestionar nuestras áreas correspondientes. No tendría sentido y
generaría roces innecesarios que hasta el momento afortunadamente no se
han dado.
¿Qué destacarías del mandato de Julen Mendoza, el anterior alcalde, en relación con el de la actual Aizpea Otaegi?
Creo
que es pronto para hacer una valoración de ese tipo. El primero estuvo 8
años en la alcaldía y la segunda cumplirá ahora un año. De hecho,
recientemente habíamos aprobado un nuevo plan de legislatura, elaborado
en la segunda mitad de 2019, y cuando estábamos poniendo en marcha las
primeras medidas nos hemos encontrado con la actual situación que lo
trastoca todo. Ahora habrá que partir prácticamente de cero. Las bases
de la actuación municipal se tienen que reescribir.
¿Qué actitud ha adoptado la oposición?
Esta
nueva legislatura ha conllevado también una nueva forma de hacer
política municipal por parte del PSE-EE, principal grupo de la
oposición. Ha pasado de una política de confrontación desarrollada en
las legislaturas anteriores a una política más propositiva, que tuvo su
reflejo en la elaboración de los presupuestos para este año y
especialmente en el momento actual, donde los cuatro grupos hemos
trabajado de una forma totalmente colaborativa y propositiva. Esperemos
que esta relación tenga continuidad en el futuro. Por su parte, el PNV
tiene un papel secundario en la actividad municipal.
¿Y la participación de la gente en el gobierno municipal?
La
actual crisis motivada por el Covid19 puede servir de ejemplo. Se han
dado pasos con bastante anterioridad a los de otros lugares y se ha dado
una sinergia entre la acción municipal y la actuación de la ciudadanía
del municipio. Un ejemplo es la red comunitaria de cuidados, compuesta
actualmente por más de 400 personas. Esta red, surgida en los primeros
días del confinamiento, ha dado cobertura de todo tipo a las más de 7000
personas mayores de 70 años que residen en Errenteria. El Ayuntamiento
forma parte de esta red y da cobertura de medios y recursos pero no ha
sido la red del ayuntamiento, ha ido más allá con la participación de
agentes sociales y fundamentalmente de personas a título particular.
¿Qué medidas se han tomado en Errenteria para hacer frente a la pandemia?
Por
ejemplo, a finales de marzo identificamos a las niñas y niños con
imposibilidad de acceder a la enseñanza por internet. Y a partir del 1
de abril se cubrieron sus necesidades. Sirva como referencia que la
consejería de Educación del Gobierno vasco empezó el 15 de abril a
hablar de como apañar esta cuestión.
También se ha dado
alojamiento a personas sin residencia para que puedan afrontar en
condiciones dignas la cuarentena establecida. Finalmente, cabe señalar
que se ha aprobado un plan de choque y reactivación económica local de
más de 3 millones de euros para el pequeño comercio y las personas
autónomas. Un esfuerzo económico importante asumible desde unas cuentas
municipales saneadas.
Desde la concejalía de Medioambiente, ¿qué hacéis contra el cambio climático y por la transición ecológica?
Nos
hemos marcado retos diversos. En política de residuos, una apuesta
decidida por el reciclaje. En pocos años hemos pasado de un 30% a más de
un 60%. Por otro lado, el Ayuntamiento de Errenteria se ha adherido a
la iniciativa de la Organización de Naciones Unidas Compact Of Mayors,
acelerando una acción local frente al cambio climático ambiciosa,
colaborativa y sostenible. En este sentido, hemos obtenido el estatus
“Full Compliant”, es decir, se han cumplido satisfactoriamente todos los
requisitos solicitados. Y todo, lógicamente, acompañado de inversiones
en este terreno.
El Ayuntamiento de Errenteria tiene en marcha un
Plan de Acción para la Energía Sostenible (PAES). Ahí se define la hoja
de ruta baja en emisiones que permita al municipio alcanzar el
compromiso adquirido con la adhesión a la iniciativa europea del Pacto
de Alcaldes y Alcaldesas: reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero de 2020 al menos en un 20% respecto a las de 2007.
“Construir comunidad para afrontar esta situación, plantando cara a las heridas de todo tipo que dejará la pandemia”
Los tiempos venideros
hay que abordarlos desde lo comunitario, porque es posible y además
deseable. Se puede apostar por políticas que pongan a la gente y sus
necesidades en el centro. Y es posible también, en tiempos de crisis,
construir comunidad. En mi opinión, esa es la mejor manera de afrontar
esta situación. Desde lo colectivo plantar cara a las heridas de todo
tipo que dejará la pandemia. Y ahí, la política municipal debe jugar un
papel transcendental. Es más, el marco local es útil para desarrollar
actuaciones que otros marcos se han demostrado incapaces de desarrollar.
Y en Errenteria estamos en ello.
Ahora que se acercan elecciones en Euskadi, ¿creéis que vuestra experiencia de coalición es traspasable al Gobierno vasco?
El
marco municipal tiene sus propias lógicas que no siempre son
trasladables a otros espacios. En todo caso sí que observamos que se van
abriendo espacios de colaboración entre las distintas fuerzas de la
izquierda vasca. Ahí están las nuevas experiencias de gobierno de
coalición en Durango, Galdakao… y, a otro nivel, el acuerdo
presupuestario en Irún entre PSE-EE, Elkarrekin Podemos y EH Bildu, que
también merece ser reseñado.
Y con la nueva orientación de Podemos Euskadi, ¿qué ha cambiado?
En
breve, en Podemos Euskadi vamos a realizar una asamblea ciudadana donde
se marcará el rumbo político de los próximos años. Será una buena
ocasión para valorar también lo realizado en estos últimos tiempos, con
sus errores pero también con sus aciertos.
En España gobernáis con el PSOE. ¿Tiene alguna consecuencia en la realidad de Errenteria y Gipuzkoa?
Creo
que son dos espacios diferentes. En lo que más conozco, el plano
municipal, nos condiciona más el gobierno foral o el vasco que el
estatal, por lo que ese referente tiene menos peso. Aún así es pronto.
El gobierno estatal se ha constituido muy recientemente y además
totalmente condicionado en su acción por la crisis del Covid19.