La iniciativa Orain Ardura-Ahora Responsabilidad ha reclamado "el abandono de las obras y proyectos" del Tren de Alta Velocidad (TAV) y destinar el dinero ahorrado a la mejora de las actuales vías ferroviarias, así como a la sanidad los servicios sociales, las pensiones y a las personas sin ingresos.
Miembros de esta plataforma han dado a conocer un manifiesto con sus reivindicaciones, a las que ya se han adherido decenas de grupos sociales, asociaciones ecologistas como Eguzki, sindicatos como ELA, LAB y EHNE, entre otros colectivos.
Además de las citadas demandas, el texto dado a conocer hoy solicita que los recursos previstos para el TAV sean invertidos también en acciones de soberanía alimentaria, la transición ecológica, la investigación, el euskera, la educación, la cultura, el apoyo a los autónomos, los pequeños comercios y la hostelería, entre otros ámbitos.
"Pedimos que toda la inversión económica para el TAV sea destinada a cuestiones de urgencia y prioritarias y a un sistema de salud público con personal y recursos suficientes", recalca el escrito que también solicita "respaldo" para "las personas de los sectores gravemente dañados por la crisis del COVID-19".
Los firmantes alaban además el "ejemplar comportamiento de la sociedad" ante las "difíciles circunstancias" vividas durante la pandemia, "tras duras semanas de sufrimiento", en las que "miles de nuestros familiares han muerto en absoluta soledad, nuestro personal hospitalario se ha dejado la piel en condiciones laborales pésimas" y los trabajadores de las residencias de mayores "han hecho lo imposible para poder cuidarlas".
"La sociedad está actuando con gran responsabilidad durante esta grave crisis y es quien nos marca el rumbo a seguir. Por eso, ante el futuro incierto que nos espera, pedimos a las instituciones que estén a la altura de las circunstancias y no cometan los errores del pasado", precisa el manifiesto, que alude en este punto a los servicios sociales y de salud que fueron "recortados" tras la crisis de 2008, que "dio al traste con la economía especulativa del ladrillo".
El manifiesto precisa en este sentido que España "se coloca a la cabeza mundial en kilómetros de tren de alta velocidad por millón de habitantes, muy por delante de países catalogados como desarrollados y poderosos económicamente como Japón, Alemania, Francia y EE. UU. y, a pesar de ello, se sitúa en el último lugar en cuanto a su utilización, con el ratio más bajo de pasajeros".
En cuanto a Euskadi y Navarra, el manifiesto sostiene que si se construyesen todos los tramos del TAV anunciados, se "doblaría" el ratio español de kilómetros por millón de habitantes.