Aspira a dirigir la formación morada en Euskadi con un mensaje de unidad interna centrado en la posibilidad de un cambio progresista en el País Vasco «tejiendo alianzas en la sociedad con un proyecto económico alternativo al de la derecha vasca». Esta vecina del barrio de Gros, nacida hace 54 años en Badajoz y profesora de Derecho Constitucional de la UPV, siente que «gobernar desde la izquierda es surfear contradicciones todos los días».
–¿Por qué se presenta a las primarias en Podemos Euskadi?
–Es más necesario que nunca fortalecer el proyecto político de Podemos Euskadi para salir de esta crisis en clave de más solidaridad y más justicia social. En este sentido es importante fortalecer la organización de Podemos Euskadi. Me planteo que seamos capaces de construir un movimiento popular enraizado en el territorio, en Euskadi. Eso significa que tanto los cargos públicos como los orgánicos tenemos que colaborar con la sociedad civil y los agentes sociales para ir tejiendo esas alianzas y esas acciones conjuntas. Se trata de conformar ese bloque que es la única manera de que se den las condiciones políticas y sociales de un proyecto alternativo. Ese trabajo hay que acelerarlo. Y eso encaja con nuestra apuesta por un tripartito de izquierda junto a EH Bildu y el PSE, que es la única manera de plantear ese proyecto socioeconómico alternativo a la derecha vasca, que pasa por poner en el centro la vida de las personas y el cuidado de las mismas y del planeta.
–¿Pero usted cree que ese tripartito de izquierda es realmente viable?
–¿Cuándo hubiéramos pensado que EH Bildu hubiera llegado un acuerdo con el PSOE y con Unidas Podemos para derogar la reforma laboral? Ver esta firma es significativo.
–Pero luego el Partido Socialista ha rectificado...
–No ha rectificado, el PSOE o EH Bildu podrán decir lo que quieran pero el fondo del asunto es el que es. Además, ese compromiso está en el acuerdo de gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos. Hay cambios que nos indican que esa mayoría de izquierda en Euskadi puede ser viable.
–Que usted pueda no tener rival en estas primarias, ¿resta pluralidad a Podemos Euskadi?
–Las primarias en Podemos Euskadi están pensadas para que haya pluralidad, nuestra candidatura va a ser muy plural, intentaremos que haya gente significativa y estamos trabajando mucho el acompañamiento y tejiendo alianzas para que nos acompañen en este proyecto.
–¿Va a integrar a personas de la sensibilidad política de Lander Martínez?
–Yo no tengo ningún problema, más allá de que los dirigentes más representativos han dicho ya que no van a disputar la dirección.
–¿Es usted la candidata de Pablo Iglesias?
–No hablaría en esos términos. Es evidente que busco la confianza de la militancia, he construido mi vida política al lado de Pablo Iglesias y me identifico de lleno con su proyecto. Pero, aunque Pablo apuesta fuerte por Euskadi, quiero dejar claro que no soy su candidata en Euskadi.
–¿Qué nota le pondría al trabajo de Lander Martínez al frente de Podemos Euskadi en la última etapa?
–Lander ha hecho un gran trabajo parlamentario pero quizá, y es un problema general, ha puesto poco énfasis en la organización. Somos un partido muy joven y hay que ponerle mucho empeño en construir esa organización. Y nosotras y nosotros tenemos un proyecto más impugnatorio, no tanto en una subalternidad que a veces asomaba en el proyecto de Lander. Es mucho más difícil, pero el cambio y la transformación social pasan por lo primero.
–Si hubiera estado en su mano, ¿hubiera negociado los Presupuestos con Urkullu?
–El debate no era tanto si negociar o no, sino qué negociar. Siempre hay que acordar, y en Madrid lo hemos hecho, pero se le arrancaron pocas cosas al PNV. Al PNV, por ejemplo, hay que torcerle el brazo para cambiar el modelo fiscal. Si no, no va a haber modelo alternativo. Sin eso, el proyecto quedaba muy cojo.
–¿Se sintieron engañados por el lehendakari cuando convocó elecciones?
–Me importa poco apuntar si fue un engaño. Fue un error.
–La magia de las sorprendentes victorias de Podemos en las elecciones generales de 2015 y 2016 en el País Vasco se ha evaporado... ¿Siente nostalgia o algo más?
–Nostalgia sí, pero soy consciente que esa ilusión se va mermando. Pero lo cambio por lo que hemos hecho estos seis años. Cuando desde la izquierda se aspira a ser un partido de gobierno hay que surfear contradicciones todos los días. Pero yo prefiero esta situación. Y así conseguimos, por ejemplo, derogar la reforma laboral o implantar el Ingreso Mínimo Vital. Es lo que tiene pasar de nacer hace cinco años a estar sentados ya en el Gobierno.
–Del 'asalto a los cielos' a pisar tierra...
–Cierto, pero me quedo con esto. Compensa aunque en lo personal se puede sufrir y también cuesta. Pero nuestra gente lo entiende. Ser una fuerza de gobierno era nuestro objetivo y hemos conseguido en muy poco tiempo cambiar bastantes cosas.
–Dice un antiguo compañero suyo, Iñigo Errejón, que al final son una Izquierda Unida fuerte. Y que él no fundó Podemos para eso...
–No estoy de acuerdo. IU es una fuerza política con su propia trayectoria. Nosotros aspiramos a cambiar las cosas y a mejorar la vida de la gente. Y somos los que hemos conseguido el primer gobierno de coalición en el Estado español desde la Segunda República.
–¿Gobernar en España les genera problemas en Euskadi?
–Sé que se van a dar contradicciones pero, hasta ahora, como vasca, la verdad es que no las he sentido. Cuando se den las hablaremos de tú a tú con la dirección estatal o con el Gobierno.
–El PNV ha empezado a criticar a las ministerios de Unidas Podemos por su afán centralizador...
–Es el típico juego retórico del PNV, que solo subsiste desde el imaginario de que Madrid ataca a Euskadi. Por ejemplo, el PNV se empeña en hablar de recentralización con el Covid-19, cuando con la cogobernanza se ve que esto no es así.
–¿Cómo valora la gestión social del PNV?
–Pues dentro del ámbito europeo de las derechas es el partido más sensato y quizá más generoso en esta cuestión. Pero la clave real es dónde reside el poder, y hemos visto que el PNV muchas veces se siente más cómodo siendo la voz de Confebask. Sabemos que es inteligente y que sabe que la paz social pasa por repartir ciertos beneficios a la sociedad, pero sigue siendo un partido de derechas.
–¿Es consciente que la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno tiene muchos enemigos?
–Desde el primer día yo sé que hay gente que nos tiene muchas ganas. Pero no estoy en política para que me aplauda todo el mundo. Somos una fuerza política con capacidad de transformación y esa inquina, esa hostilidad tan excesiva, motiva bastante a nuestra gente.
–¿Hay que explicar mejor la labor del Gobierno?
–Pues, por ejemplo, hace falta explicar bien en Euskadi qué supone el Ingreso Mínimo Vital.
–¿Y eso?
–Porque el PNV hará su propia versión sesgada. Hay que decir que en Euskadi todas las personas van a tener su ingreso mínimo vital. Espero a ver qué hace el PNV con la RGI, el Ingreso Mínimo será la renta básica y la complementaria la RGI para los huecos que puede dejar la primera.
–¿El acuerdo con Ciudadanos es puntual o responde a un giro en la legislatura?
–No hay giro, en relación con la pandemia estamos en una situación muy excepcional para preservar la salud pública. El Gobierno es de coalición PSOE-UP, es progresista y no tiene que ver nada con Ciudadanos.
–¿Qué opina de los últimos ataques a partidos?
–Me dan tristeza. Estas acciones no son el camino y hay que denunciarlas sin paliativos. La sociedad vasca ha hecho un camino importante, es muy madura, ha sufrido mucho y apuesta por un camino pacífico y democrático, sin ataques y sin agresiones.
Entrevista de Alberto Surio en el Diario Vasco