Los
ediles de Bildu, Luisma Díez y Jon Txasko y.Ezker Anitza-IU,
José Manuel Ferradás, destacaron ayer que el equipo de gobierno que
conforman «ha apostado y apuesta por que Errenteria tenga una
evolución urbanística hacia un modelo más habitable y más
sostenible y que favorezca unas pautas de desplazamiento que ya hoy
son mayoritarias entre quienes aquí vivimos, que no son otras que la
movilidad peatonal y el uso del transporte público, junto a un uso
cada vez mayor de la bicicleta». Contextualizaron
así la realización de las obras que se están llevando a cabo en la
calle Biteri y que concluirán antes de Magdalenas
Ferradás
señaló que «las calles y las plazas deben ser lugares de uso
público, seguras, agradables y acogedoras y que además respondan a
las necesidades de la población. No se trata de 'desterrar' los
coches, pero sí de que no sean la referencia central del modelo
urbano de la Errenteria del futuro».
Por
ello consideran «de interés» la recuperación de zonas que
«permitan disponer de mayores espacios para la convivencia, más
seguras para la movilidad y la integridad de las personas, en
especial de las personas ancianas y de los niños. No existe una
ciudad atractiva para propios y visitantes cuyas principales calles
centrales -que son a la vez el motor comercial- estén condicionadas
por la ocupación de vehículos».
El
edil dijo que «apostamos por el impulso y el desarrollo de planes de
movilidad sostenibles basados en la promoción de la movilidad
peatonal, del transporte público y de la bicicleta, de tal forma que
compitan ventajosamente con el vehículo privado en tiempo y en
ahorro, a la vez que se estudien medidas alternativas respecto al
tráfico, la circulación de vehículos y el aparcamiento en el
centro urbano. Apostamos por crear zonas peatonales, tanto en el
centro como en los barrios. También por la puesta en marcha de
iniciativas como el denominado 'camino escolar' (desarrollo de
itinerarios y rutas seguras para realizar los desplazamientos al
centro escolar, tanto a pie como en bici), o por las denominadas
'zona 30' como medida de calmado del tráfico al igual que
recientemente se ha realizado en Irun».
El
concejal Luisma Díez destacó que «la idea de recuperar la Biteri
para las personas no surge de forma espontánea dado que, por un lado
se inició el estudio tras la solicitud de los comerciantes del
centro en aras a impulsar el comercio y por otro, ya venía recogida
en el estudio de tráfico que se realizó en el año 2000.
Además,
si precisamente hubo algún consenso en los trabajos preparatorios
del Plan estratégico fue acerca de la necesidad de recuperar
espacios urbanos para el peatón, la bicicleta y el transporte
colectivo. En el mismo sentido apuntaban las encuestas realizadas en
el desarrollo del mismo y las que recientemente se han realizado de
cara al estudio sobre movilidad peatonal, con adhesiones superiores
al 76% señalando que el ayuntamiento debería fomentar dichos
espacios».
Díez
añadió que dicha obra «debe entenderse desde una perspectiva de
globalidad que persigue dar solución a una serie de problemas que
vienen preocupando a la ciudadanía y para los que se plantean
soluciones diversas. Si bien las obras de Biteri
persiguen propiciar espacios para la convivencia, fomentar el
comercio y dar coherencia a la red de bidegorris, las tan necesarias
actuaciones en Alaberga 4-6 y Bidasoa hacen que la intervención en
su conjunto suponga atender cuestiones diversas».
«Desde
el punto de vista participativo, -añadió- la obra se aprobó en los
presupuestos de 2013. Se trasladó tanto a las comisiones de
Urbanismo como de Tráfico y se entregaron planos y informes. Se
convocó una reunión donde de forma expresa estaban invitados
comerciantes y hosteleros y dos reuniones más abiertas a toda la
ciudadanía donde una tuvo como punto principal el proyecto de la
calle Biteri».
Centros
urbanos
Jon
Txasko señaló que «hoy es una práctica habitual limitar y regular
los accesos a los centros urbanos recuperándolos para su uso
peatonal. Dado que Biteri está integrada en el núcleo comercial y
que, como muestran los informes de tráfico, se concentra un tráfico
innecesario en su mayor parte de paso, se pretende la recuperación
de la zona para el peatón y su revitalización comercial».
Así
«se colocan árboles en lugar de las jardineras existentes, dado que
la densidad de usuarios hacía que en considerables ocasiones los
peatones se vieran motivados a invadir la vía. Se amplían las
aceras, se adecuan espacios para veladores y se incorpora un
bidegorri colocando todo el piso de la calle al mismo nivel. El
aparcamiento se limitará al horario nocturno, con horario de carga y
descarga y permitiendo el paso del transporte urbano y escolar. Será
una calle de única dirección, desviando el tráfico por otras vías
alternativas, que según los estudios realizados, lo permiten dado el
volumen de tráfico detectado».
Esta
medida, concluye Txasko «permitirá potenciar otras vías
alternativas más adecuadas para el acceso a determinados barrios y
traerá consigo una reducción de gases y ruido asociados a una
errónea utilización de las vías de acceso. Con respecto a las
calles Bidasoa y Alaberga 4-6, se va a actuar de forma conjunta. Es
cierto que en ambas calles se van eliminar nueve plazas de
aparcamiento, pero también que estas calles eran en si mismas
problemáticas. El paso de Alaberga era conocido por su estrechez,
las quejas vecinales y los problemas del transporte público».