(Publicado en DV) L. R. - ERRENTERIA.
Los portavoces de Bildu, Luisma Díez, y de Ezker Anitza-IU, José Manuel Ferradás, presentaron ayer una propuesta de moción que quieren llevar al pleno que se celebrará el próximo 29 de mayo en defensa de la laicidad de la Corporación y con el objetivo de abrir un debate sobre dicho tema y sobre el papel que tiene que jugar el Ayuntamiento en relación con las distintas creencias religiosas. Ferradás señaló que ya en la primera legislatura democrática se intentó abrir un debate al respecto que no tuvo más recorrido.
«Pensamos que ahora es el momento de retomarlo por la diversidad religiosa que hoy en día hay en el municipio y creemos que ninguna actuación municipal puede dar pie a que se vulnere el principio de igualdad y laicidad».
El edil de IU indicó que la moción «está abierta al debate no sólo de los grupos municipales, sino de otros grupos sociales».
En ella se plantea «poner los medios necesarios para garantizar la igualdad entre personas creyentes y no creyentes y en este sentido ofrecer un espacio para que se puedan organizar bienvenidas y despedidas (bautizos y funerales civiles), al igual que ahora sucede con las bodas y enlaces civiles».
Asimismo «como Corporación creemos que no se debe asistir a ninguna ceremonia religiosa, misa, rezos o procesiones, pero queremos dejar claro que no vamos en contra de ninguna confesión».
Luisma Díez señaló que el concepto de laicidad «está mal interpretado en la sociedad. Se trata de defender la independencia del Estado con relación a cualquier religión o confesión y desde el respeto a todas las religiones y permitiendo la conviencia entre ellas. No es contrario a la religión, pero defiende la libertad e igualdad».
«Por ello -añade- creemos que no tienen que existir religiones favorecidas y no deben ser fuente de conflictos. El Estado tiene que ser garante del respeto a la libertad de creencia individual y de culto colectiva y a su vez garantizar también la ausencia de religión y el derecho a no creer. Por ello no puede darle ninguna presencia oficial a ninguna religión, que no se debe de considerar como asunto de interés social, sino de índole privada».
Consideran que «se deben evitar confusiones entre actividades públicas y contenidos religiosos» y plantean «abstenerse de acudir oficialmente a actos estrictamente religiosos para no cuestionar los principios de neutralidad y no discriminación a las demás religiones».