La idea básica de verdad, justicia y reparación para todas las víctimas de la violencia no puede dar paso a una lógica de venganza que nada tiene que ver con la necesaria justicia. Por eso la continuación en prisión de Aitzol Gogorza es injusta, máxime cuando ya ha cumplido buena parte de la condena impuesta en su día. Cada momento que pase en prisión es una puerta abierta a un desenlace que debe y puede ser evitado. Es el momento de que Aitzol Gogorza recupere su libertad.
El
vecino de Errenteria Aitzol Gogorza lleva en prisión desde el año 1999. Fue
sentenciado a una pena de 20 años.Actualmente
se encuentra encarcelado en la prisión de Basauri. Ha sido ingresado varias veces en el hospital de Basurto (Bilbao)
desde que en abril de 2012 fuese trasladado procedente de Sevilla. Esta
persona sufre un trastorno obsesivo compulsivo grave, en opinión de fuentes
jurídicas y penitenciarias.
Ya
el pasado año se presentó un escrito ante la Sección Primera de
la Sala de lo
Penal en el que se pedía la suspensión de condena del preso en virtud del
artículo 60 del Código Penal en el que se establece que cuando se "aprecie
en el penado una situación duradera de trastorno mental grave que le impida
conocer el sentido de la pena", se "suspenderá la ejecución de la
pena privativa de libertad, garantizando que reciba la asistencia médica
precisa". Por otro lado, se presentó otro escrito ante el Juzgado Central de Vigilancia
Penitenciaria en el que piden la concesión de un tercer grado o la aplicación
del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario que supondría su excarcelación. En
la prisión de Basauri se le aplicó un plan de prevención de suicidios en
prisión, ya que los médicos indican en sus informes que Aitzol Gogorza tiene
"ideas autolíticas", es decir, conductas suicidas.
La idea básica de verdad, justicia y reparación para todas las víctimas de
la violencia no puede dar paso a una lógica de venganza que nada tiene que ver
con la necesaria justicia. Por eso la
continuación en prisión de Aitzol Gogorza
es injusta, máxime cuando ya ha cumplido buena parte de la condena
impuesta en su día. Cada momento que pase en prisión es una puerta abierta a un
desenlace que debe y puede ser evitado. Es el momento de que Aitzol Gogorza
recupere su libertad.