domingo, 9 de julio de 2017

Errenteria: Abriendo una ventana al futuro por medio del acuerdo

Julen Mendoza hace suyas las palabras de Sara Buesa, la hija de Fernando Buesa, que dijo que por un lado están aquellos que defienden los derechos humanos y, por otro lado, los que no.


El acto de reconocimiento a las víctimas de ETA Vicente Gajate, José Luis Caso y Manuel Zamarreño por parte del Ayuntamiento de Errenteria que tuvo lugar el pasado 28 de junio es el resultado de un proceso que comenzó en 2012 y que continúa. Este camino se está recorriendo entre todas las sensibilidades en la localidad de Oarsoaldea, pero no como un oasis, sino situándose en Euskal Herria.
«Queremos construir un futuro pero no dejamos de ser rehenes de nuestro pasado y no sé si somos conscientes de la situación que puede generar esto dentro de 20 años», apunta el alcalde de Errenteria, Julen Mendoza, sobre el país. Por eso considera tan importante la labor que están haciendo. Aunque no se atreva a decir si es un modelo o no para otros, pone en valor el hecho de que han sabido entender que hay que afrontar las vulneraciones de derechos humanos, que hay que hacerlo con consensos políticos, que no puede haber disputas políticas sobre estas cuestiones –«porque nos estamos jugando mucho como sociedad»–, y que requiere un proceso. Destaca también que este proceso y, en concreto, el primer acto de reconocimiento –«vendrán otros»– 
Dos puntos de inflexión

En octubre de 2011 ETA declara su cese definitivo y eso posibilita que comience el proceso con un foro ciudadano donde también había personas con responsabilidades políticas, entre ellas el propio alcalde. Era un foro discreto que solo se presentó a los tres años y medio para decir que ya terminó su andadura. En enero de 2013 tiene lugar el ciclo de cine y teatro Eraikiz. Reunir a diferentes víctimas en una sala supuso un punto de inflexión: «Era la primera vez que juntábamos a 300 personas para escuchar relatos muy diferentes con absoluta normalidad».
Desde el principio hasta la fecha, todo se ha hecho siempre con el consenso de todas las fuerzas políticas. «Acordamos que teníamos que hacer un estudio sobre las vulneraciones de derechos humanos que ocurrieron en nuestro municipio desde 1956 hasta hoy. Se elabora el documento con Argituz. Se nos entrega en febrero de 2015 y todos, incluido el PP, le dimos el visto bueno. Como llegaban las elecciones decidimos esperar a que pasaran para presentarlo», recuerda Mendoza.
El PP no logra representación, pero su exconcejal Chema Herzog acude a la presentación que realizaron en noviembre de 2015, en el Día de la Memoria. Fue el segundo punto de inflexión: «Todos los partidos políticos acordamos cuáles son las vulneraciones del derecho a la vida y a la integridad física que se dan en nuestro municipio desde 1956 hasta la fecha».
Eso viene de un análisis que hace el Ayuntamiento: las víctimas de vulneraciones de derechos humanos tienen derecho a la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición. Y en el ámbito de la verdad y la reparación el Consistorio puede hacer mucho. Precisamente, el documento responde al derecho a la verdad, y el acto del 28 de junio, al de la reparación.
Antes, escucharon a las víctimas para ver cuáles eran sus necesidades, «porque se habla mucho de ellas pero pocas veces con ellas». Organizaron el acto teniendo en cuenta sus recomendaciones. Por ejemplo, «cualquier acto que vaya dirigido a la reparación de las víctimas de vulneraciones de derechos tiene que contar con el acuerdo de todas las fuerzas políticas, porque eso es lo que genera confianza en las víctimas y no la utilización política de ellas».
En esta labor han desarrollado la empatía, han buscado consensos donde todas y todos puedan estar cómodos, han reflexionado para la autocrítica… «Ha habido momentos tensos que se han superado y, afortunadamente, en los últimos meses estamos en una situación interesante en cuanto a consensos y apuestas», indica el alcalde. En su opinión, la gran virtud de este proceso es la gran madurez política que ha mostrado la ciudadanía en general y los militantes de las formaciones políticas en particular.
Errenteria tiene 38 muertos desde 1956, más de 300 personas que han denunciado torturas, más de 600 detenidos, más de 100 heridos graves, muchísimos actos de «kale borroka», muchísimos presos, con la situación realmente grave y delicada de Aitzol Gogorza. Y ha sabido abrir otra ventana.

Esos avances han generado nuevas condiciones que posibilitan nuevos pasos. Por ejemplo, la comparecencia de cargos electos desde 1979 hasta la fecha para solicitar la excarcelación de Gogorza, y la rueda de prensa de cuatro alcaldes para pedir que no fueran considerados «terrorismo» los hechos de Iruñea por los que están presos tres jóvenes de Errenteria. Mendoza hace suyas las palabras de Sara Buesa, la hija de Fernando Buesa, que dijo que por un lado están aquellos que defienden los derechos humanos y, por otro lado, los que no. El alcalde reivindica que si dejamos de pensar lo que deben hacer los demás para pensar lo que puedo hacer yo, se generarán las condiciones para que la mayoría apueste por el respeto de los derechos humanos.
Publicado en "Gara"