"Una
administración moderna, tanto en la Autoridad Portuaria de Pasaia
como en el Gobierno Vasco -especialmente sus consejeria de Medio
Ambiente y el Departamento de Salud – habría ya dado una respuesta
a una ciudadanía preocupada por lo ocurrido el pasado 2 de agosto.
Desgraciadamente la constatación es que un mes después no sabemos
absolutamente nada ni de los motivos del incendio ni del posible
impacto en sus distintas variables del fuego generado"
El
pasado 2 de agosto la tranquilidad de quienes vivimos entorno al
puerto de Pasaia se vió rota por un incendio que alcanzó unas
considerables dimensiones y que se prolongó durante ocho horas. El
incendio generó una densa nube , visible a muchos kilómetros de
distancia, que emitió una gran cantidad de partículas que llevó a
recomendar a la población de Lezo -el pueblo más cercano al
incendio- el cierre de ventanas. Mucha gente optó también por el
uso de mascarillas. También a muchas vecinas y vecinos nos genera
inquietud saber el impacto en el entorno marino de la bahía de los
21.000 litros de agua usada para apagar el fuego y que cabe suponer
acabó en su gran mayoría en la bahía.
Una
administración moderna, tanto en la Autoridad Portuaria de Pasaia
como en el Gobierno Vasco -especialmente sus consejeria de Medio
Ambiente y el Departamento de Salud – habría ya dado una respuesta
a una ciudadanía preocupada por lo ocurrido el pasado 2 de agosto.
Desgraciadamente la constatación es que un mes después no sabemos
absolutamente nada ni de los motivos del incendio ni del posible
impacto en sus distintas variables del fuego generado. Ante
esa falta de respuestas por quienes deberían de haberlas dado, la
plataforma ciudadana “Badian Bizi” se ha encontrado en la
necesidad de realizar el pasado 21 de agosto de presentar
una denuncia ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Gipuzkoa por un
posible delito contra la salud pública que no se dirige contra nadie
en concreto sino que solicita la puesta en marcha de una
investigación.
Quienes
vivimos en Lezo, Errenteria o Pasaia nos merecemos un mejor trato por
parte de las instituciones anteriormente citadas. Y eso empieza por
un derecho tan básico como es sabe que ocurrió y que consecuencia
tuvo el incendio del día 2. Pero debe seguir también por la
adecuación de la actividad del puerto a la vida en los municipios
citados. El puerto debe ser una ocasión para esos pueblos, no un
eterno y continuo problema, especialmente en sus tráficos más
problemáticos como es el de la chatarra, no por casualidad
denominado “tráfico sucio”.
Especialmente
desafortunada estuvo la
consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno
vasco, Arantxa Tapia, que como primera excusa en relación al
incendio declaró que la “chatarra
genera actividad”… No
puede ni debe ser incompatible la actividad laboral en el Puerto y la
seguridad y salud de quienes aquí vivimos. No aceptamos una elección
entre “una cosa u otra”.
Autoridad
Portuaria, Gobierno Vasco y Diputación deben de una vez hacer una
apuesta clara por una serie de actuaciones que hagan prácticamente
imposible que lo ocurrido vuelva a suceder. No se trata de mover la
chatarra de Kaputxinos –Errenteria– a Lezo .
Se trata de actuaciones que son viables. Es posible la puesta en
marcha de una terminal especializada en ese tipo de tráficos,
optimizando y reduciendo al máximo operaciones y espacios para esas
labores.
Mientras tanto que nadie nos pida a quienes vivimos en Oarsoaldea que
aceptemos como «inevitables» situaciones y hechos que deben ser
perfectamente y totalmente evitables. Sí se quiere, se puede.