El informe de Argituz encargado por el Ayuntamiento retrata más de cinco décadas de una convivencia tan anormal como habitual en sus calles
Reportaje de JURDAN ARRETXE publicado en "Noticias de Gipuzkoa"
Puedes acceder al documento: "HACIA UNA MEMORIA COMPARTIDA"
Entre 1978 y 2012
Errenteria tuvo al menos 489 días con violencia de una u otra vinculación
política. Más de año y cuarto en los que un atentado, una quema de un tráiler
francés o un secuestro de un concejal para torturarlo en un descampado
apuntalaron la anormalidad que se convirtió en costumbre. Una historia de la
violencia que solo en esta villa dejó desde los últimos años del franquismo y
hasta 2013 -cuando la
Corporación municipal en pleno escenificó la iniciativa
Eraikiz- 28 fallecidos, 310 heridos contabilizados (19 de ellos, de bala) y 337
denuncias de tortura -en 694 detenciones-, sin entrar en daños materiales como
36 autobuses de línea calcinados, una treintena de ataques contra las
estaciones de Euskotren y Renfe, 97 coches de matrícula francesa incendiados y
ataques contra la comisaría de la
Ertzaintza y viviendas particulares de agentes, concejales y
alcaldes.
Una historia que
el anterior pleno del Ayuntamiento, compuesto por Bildu -con su alcalde, Julen
Mendoza, al frente-, PSE, PNV, PP y Ezker Anitza, decidió ordenar y recuperar.
Para ello encargó a la asociación proderechos humanos Argituz la elaboración
del Informe sobre violaciones
de derechos humanos y hechos violentos acaecidos en Errenteria de 1956 a 2012.
Desde distintas posiciones, todos los grupos del mandato anterior dieron su aprobación al resultado, aunque con las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, decidieron posponer su presentación. El informe, que pretende ser un “punto de partida” en el trabajo por recuperar el pasado, vio la luz hace dos semanas, en un acto que el Día de
Y no solo a ellos: además de las cerca de
300 personas que les acompañaron en el auditorio de Niessen, otras 100
siguieron el acto desde un local anexo. Muchas conocían bastantes historias de
las que recoge el informe, alguna de las vidas truncadas o de las dependencias
atacadas.
El documento que presentaron los miembros
de Argituz Sabino Ormazabal y Bertha Gaztelumendi resume en cinco páginas y
otras tantas tablas los episodios de violencia principales sufridos en
Errenteria. Divididos en tres periodos (1956-1975, 1976-1978 y 1979-2013), 63
de las 206 páginas relatan uno detrás de otro los hechos “referenciales”. Esto
es, que a ese hipotético año y cuarto de incidentes consecutivos hay que sumar
las manifestaciones que culminaron con incidentes violentos, los cortes de la
carretera nacional a su paso por Iztieta, el total de las personas heridas y
detenidas, todas las extorsiones, las amenazas y todos los avisos de bomba en
contra del pleno municipal o contra la ikastola. Sus autores reseñan en el
informe que “de reproducirlo todo, haría interminable este compendio”.
Décadas de violencia
Hoy ejemplo de reconciliación y
convivencia, Errenteria fue durante décadas símbolo de lo contrario. Sus calles
fueron el escenario del saqueo de la compañía policial que, venida de Miranda
de Ebro para sofocar las protestas tras la muerte de Germán Rodríguez en los
Sanfermines de 1978 por disparos policiales, arrasó con establecimientos de la
localidad.
Una villa cuyo barrio de Kaputxinos fue
testigo del asesinato a manos de ETA en junio de 1998 con una moto-bomba a
Manuel Zamarreño al poco tiempo que relevara a José Luis Caso como concejal del
PP, tiroteado en diciembre del año anterior en Irun.
El lugar en el que en el chupinazo de
1983 acabó como el rosario de la aurora después de que agentes de paisano, con
porras camufladas entre periódicos, cargaran para disolver a la masa que
protestaba por la izada de la bandera española en el Consistorio. O en el que
durante esas décadas cinco ertzainas resultaron heridos, uno de ellos muy
grave, por quemaduras de artefactos incendiarios.
Localidad en la que se desarrolló una
campaña de boicot contra los productos franceses y en la que resultaron
calcinados 12 camiones y hasta 97 coches con matrícula gala.
Un municipio, en definitiva, que ha
vivido en mayor o menor medida todas las expresiones de la violencia, desde el
insulto hasta el asesinato de un jubilado de 77 años como Rafael Gomez Jauregi
que fue abatido a tiros policiales cuando regresaba de paseo a casa y pasó al
lado de una marcha.
Vulneraciones que la pasada legislatura la Corporación municipal
encargó a Argituz inventariar en la medida de lo posible con el objetivo de
esclarecer lo ocurrido con una idea: